Blogia

EL ANTIGUO BLOG DE CALLUS

Viernes 13 Parte 7 – The New Blood (1988) - John Carl Buechler

Viernes 13 Parte 7 – The New Blood (1988) - John Carl Buechler

Ayer, y como era de rigor, me puse a ver la saga de “Viernes 13”. Como hace poco que había disfrutado de las primeras partes me decanté por las que me faltaban por revisionar. Así me puse a la tarea de apreciar los asesinatos del amigo Jason en la séptima, la octava y la novena, es decir, la de la chica con telequinesia, la del barco y la del Jason sin Jason.

“Viernes 13 Parte 7 – The New Blood” es quizás la parte más aburrida de toda la saga. En ella se nos cuenta como Tina, una chica que de pequeña fue responsable de la muerte de su padre, regresa a Crystal Lake junto a su madre y un doctor con el objeto de recuperarse de su trauma infantil. En verdad el buen doctor lo que quiere es estudiar los poderes telequinéticos y de premonición que ella posee. Como consecuencia de dichas habilidades, Jason será liberado y comenzará a dedicarse a lo que mejor sabe hacer este hombre, matar.

Si hacemos un poco de memoria (buf) en la anterior parte, el protagonista le había enganchado a Jason una cadena sujeta a un bloque de piedra por lo que éste quedaba atrapado en el fondo del lago. En esta entrega, y como consecuencia de los poderes de la chica, la cadena se rompe y el matarife puede escapar.

El principal problema de esta continuación es que ocurren muy pocas cosas y lo que pasa tampoco nos interesa mucho. A esto hay que añadir los importante fallos de guión como por ejemplo que la chica al principio sólo pueda utilizar sus poderes en casos de gran tensión emocional e involuntariamente mientras que al final los utiliza como y cuanto quiere. Hay que decir además, que los enfrentamientos entre ella y el asesino parecen más bien un rifirafe entre Jean Grey y Juggernaut de un cómic de La Patrulla X que de una película de terror. También es de cárcel el final que le buscaron los guionistas a esta cinta y que no cuento para que podáis apreciarla en toda su gloria. La cazalla y el procesador de textos no suelen llevarse bien.

En la casa junto a la de Tina, se encuentran un grupo de descerebrados celebrando el cumpleaños de uno de sus compañeros. Lo curioso es que el homenajeado es el primero que muere antes de llegar a la casa y nadie se preocupa demasiado de su desaparición. Su primo está un poco inquieto pero no lo suficiente para dejar de cortejar a la protagonista, coger uno de los coches e ir a buscarlo. Ya se sabe, pueden más dos tetas …

Las muertes no son nada originales y muy poco sangrientas. Hay la típica a los dos fornicadores, la de los que se bañan en bolas en el lago, la de los que se pierden por el bosque… Todo esto da una sensación de ya visto tremenda. Parece como si el bueno de Jason perdiera el gusto por matar y sólo lo hiciera por costumbre.

Por supuesto los personajes son totalmente planos algo típico en este tipo de películas pero quizás en esta especialmente. Están la chica, el chico, la guarra mala pero maciza y otros de relleno. Hay un par de personajes como el supuesto “friki” o la fea que prácticamente no llegamos a conocer. Tampoco es que importe mucho, la verdad.

En esta parte se aprecia una gran reducción de las escenas gore no sé si por orientarla a un mayor abanico de público o por falta de presupuesto. El caso es que en una serie tan trillada como ésta en ese momento, la ausencia de muertes originales y con casquería reducen significativamente el interés por la película.

En resumen, mala continuación de la fenomenal “Viernes 13” en la que no existe ya nada que nos interese. Si a una producción de este tipo que carece de buen guión, buenas actuaciones y personajes interesante le quitamos los asesinatos originales del amigo Jason, nos quedan 84 minutos de aburrimiento. Yo siempre consideré la siguiente parte como la peor pero después de una revisión seguida de ambas secuelas, esta es sin lugar a dudas LA PEOR.

Como curiosidad señalar que el personaje que es asesinado junto a su novia cuando se va a bañar al lago de noche, y cuyo cuerpo es colgado sin vida de un árbol, cae dos veces frente a un par de víctimas (primero frente a una y más tarde frente a otra distinta). Es el problema de los cuelgafáciles que no aguantan nada de peso.


Trailer de la película

The Shadow Walkers (2005) – Mark Steven Grove

The Shadow Walkers (2005) – Mark Steven Grove

Últimamente parece que no tengo suerte con las películas que elijo para ver. Después de “Novatada Mortal”, le llega el turno a “The Shadow Walkers”.

“The Shadow Walkers” es una producción de zombies del año 2005 dirigida por Mark Steven Grove. Es verdad que cuando hablamos de zombies generalmente nos vamos a encontrar con una producción de serie B con poco presupuesto y por lo tanto con escasas virguerías (salvo casos como las actuales “28 Semanas Después” o “Grindhouse: Planet Terror”) pero al menos esperas que tenga algún detalle de interés que justifique, aunque sea mínimamente, su realización. Esta producción es todo lo contrario.

Un grupo de personas despiertan en unas instalaciones gubernamentales sin saber cómo llegaron allí. Se trata de los miembros de un equipo científico altamente secreto que pretende crear soldados perfectos. Dirigidos por el que jefe del proyecto deciden escapar de dicho lugar el cual está lleno de unos seres alterados genéticamente resultado de los experimentos llevados a cabo. A medida que pasa el tiempo, los protagonistas van recuperando su memoria y descubriendo su papel en dicho experimento.

Lo que podemos apreciar prácticamente desde el primer minuto es el escaso presupuesto con que contaban para su realización. Todo en ella es cutre tanto los actores, como los efectos especiales, las instalaciones donde se desarrolla,…lo cual no quita que pudiera tratarse de una producción interesante pero no es el caso.

El guión nos cuenta la típica historia de un grupo de diferentes personas encerradas en un lugar peligroso del que tienen que escapar. El principal problema es que casi no nos presenta a los personajes por lo que no sabemos muy bien por qué están allí. Esto además hace que no nos sintamos identificados con lo que les pasa y nos dé igual si los matan o no. Los diálogos tampoco es que sean para tirar cohetes ya que son los mínimos necesarios para que avance algo la historia. También posee un montón de sinsentidos. Así hay un momento en el que parece que nos indican que las luz les perjudica pero después no vuelven a comentar más el tema. De cárcel es lo del antídoto. Una de las científicas le dice al jefe de seguridad que le comente a Julie (su ex) que el TSC Beta Dos puede currarla porque “propicia la vinculación con el receptor de la membrana celular” (a mi no me preguntéis). El caso es que, hacia el final el de seguridad, que por supuesto se olvidó del mensaje, le comenta a Alice que el antídoto era algo de Beta algo y ella dice “claro, el TSC Beta Dos”. Como si hubiera dicho aspirina.

La trama se desarrolla totalmente en unas instalaciones científicas que deberían estar llenas de laboratorios y aparatos de última tecnología pero nos encontramos con que lo que vemos es una y otra vez lo que parece ser una fábrica abandonada. Lo único relacionado con los experimentos son cuatro camillas y un par de equipamientos químicos que supera con creces cualquier instituto de secundaria.

Los personajes son además de típicos totalmente patéticos. Nos encontramos con un jefe de seguridad que va de duro pero es un pringadillo, unas científicas medianamente atractivas que sabrán mucho sobre ciencia pero hablan como auténticas retrasadas, un malo de opereta de los que se ríen con mayúsculas e inclinando la cabeza hacia atrás (como Douglas Fairbanks cuando se reía en las películas mudas) y un general al que parece que le cuesta pronunciar las palabras. Por no hablar del personaje que se encuentra en la sala de cámaras que se dedica a mirar como intenta escapar el grupo.

Los zombies que son personas a las que nada más se les maquilló la cara y se les puso unas largas uñas postizas, se parecen sospechosamente a los demonios de “Demons” pero mucho más cutres. Encima, una de las bases de las películas de zombies es que nos produzca una sensación de agobio al estar rodeados los protagonistas de un gran número de estos seres. Aquí nos encontramos con uno de vez en cuando en plan “pasaba por aquí”. Casi parece más difícil encontrárselos que escapar de ellos.

Para añadirle interés a la cosa, hay unas cuantas escenas en las que el jefe de seguridad y una de las científicas (su ex) se enfrentan a los monstruos utilizando las artes marciales. Así podemos apreciar otra influencia del guionista. Las películas de mazas cutres de los ochenta. Esas grandes producciones, carne de videoclub, en las que un “maxo” se enfrentaba, con la excusa de salvar al mundo o de rescatar a alguien importante, a unos malvados a golpe de patadas y puñetazos en una fábrica abandonada. Encima, al igual que en sus homenajeadas, hay cámaras lentas que nos permitan apreciar los efectos de esa patada de media vuelta o ese codazo a la mandíbula. Tremendo. Como punto final, los meten (de relleno) unos cinco minutos finales, con la imagen en verde para que nos demos cuenta de que se desarrolla a oscuras, donde unos paisanos vestidos de ninjas se entrenan peleando entre sí.

De la interpretación de los actores no me voy a extender mucho. Parecen sacados de una telenovela barata. O actúan sin ningún interés o de forma totalmente histriónica.

Recapitulando, nos encontramos con una película serie Z, con actores malos, guión absurdo, música heavirola molesta y efectos especiales de representación de colegio. En mi época de chaval (con el VHS) pude ver muchas películas de este estilo e incluso peores pero actualmente mis gustos, sin ser un sibarita, son más exigentes y con una oferta tan amplia considero que es mejor dedicar el tiempo a otras obras más prometedoras. Yo ya no puedo hacer nada al respecto, pero vosotros si. No veáis este engendro.

 

Trailer película  

Novatada Sangrienta (2004) – Brian Katkin

Novatada Sangrienta (2004) – Brian Katkin

Yo soy uno de los afortunados que pudo vivir intensamente el boom de los videoclubs allá por los años 80. En aquella época comenzaron a aparecer por todas partes estos establecimientos en los que, por poco dinero, podías alquilar y llevarte a tu casa una cinta VHS con aquella película que tanto deseabas ver. Así, se comenzó a demandar una gran cantidad de títulos con los que poder disfrutar el cine en la comodidad del salón. Como consecuencia de esto, comenzaron a aparecer distribuidoras de segunda y tercera fila que trataban de llenar las estanterías de los videoclubs con películas de origen y calidad más que dudoso. Dicen que el tiempo pone todo en su sitio y en este caso ocurrió así. Pasada la calentura, el mercado se estabilizó y los establecimientos fueron cerrando sucesivamente quedando únicamente unos pocos más serios y profesionales. También se fue filtrando la oferta con lo que las producciones de baja estofa desaparecieron gradualmente del panorama.

Veinte años después y a raíz del éxito del formato dvd, el caso anterior se repite (nunca aprendemos) y podemos ver nuevamente las estanterías llenas de film de muy bajas pretensiones. Este es el caso que nos ocupa.

La verdad es que con la carátula que posee ya no esperaba gran cosa pero tengo que reconocer que mis expectativas sobre ella eran mayores.

La historia ya la vimos cientos de veces. Unos jóvenes universitarios deciden hacerle una novatada a los candidatos a formar parte del equipo de la universidad. A uno de ellos lo atan en el medio de un campo de maíz con un espantapájaros. En la zona existe una leyenda que dice que el espantapájaros puede volver a la vida y matar a la gente. Cuando el joven sufra un coma, como consecuencia de una bajada de azúcar, el ser cobrará vida y dará cuenta de los bromistas. Original, ¿verdad?

No sé muy bien por donde empezar. Quizás diciendo que todo en esta cinta es un despropósito. Cuenta con fallos de guión, interpretaciones patéticas, personajes planos, diálogos absurdos,…En fin, empecemos.

El asesino es el típico espantapájaros con cara a lo “Jeepers Creepers”. Se dedica a dar cuenta de la mayoría de sus víctimas por estrangulación (con lo que eso cansa) aunque con los primeros utiliza también una hoz. Es curioso el que con algunos de los personajes es especialmente sádico mientras que de otros no se preocupa mucho si ha acabado con ellos o no. Me llamó también la atención que el actor que eligieron para hacer de este matarife está algo entrado en kilos con lo que más que miedo, el personaje provoca risa.

¿Y dónde va a realizar su escabechina un espantapájaros? Pues efectivamente, en la playa. Resulta que después de dejar atado, desnudo y medio muerto en un campo a uno de los novatos, los zagales se van a organizar una fiesta a la playa. Para colmo, un amigo del “torturado”, y que es prácticamente su hermano pues se criaron juntos, después de dejarlo en un hospital todavía cerrado al público, se va junto a su chica a la playa para disfrutar también de la fiesta. Es más, se va enterando de la evolución de su amigo gracias a su novia que es la que se preocupa de llamar a su cuñado médico que asumió la responsabilidad del cuidado del paciente. Eso si que es amor filial.

Es especialmente interesante el personaje del médico. Como ya comenté, es el cuñado de la novia del protagonista. Se llevan mal ya que el le puso los cuernos a la hermana de la chica pero cuando surge el problema, ella no duda en llamarlo. De su boca podemos disfrutar de joyas como:

- No es un ataque de epilepsia. Es algo terrible.

Menudo diagnóstico médico. Además, hacia el final hay una serie de escenas con un desfibrilador que no tienen desperdicio. El buen doctor argumenta que únicamente podrá utilizarlo tres o cuatro veces ya que al no haber luz, tienen que recurrir a la batería. Pues nada, así que empieza a funcionar el aparato permite dar tropecientas descargas.

Otro personaje interesante es el del entrenador. Lo más destacado de su participación es la pelea a puño limpio con el asesino. Nada de aplicar fuego, acudir a la magia o algo por el estilo. Este hombre pretende arreglar el problema con un buen par de galletes.

La película se desarrolla fundamentalmente de noche aunque hay algunas escenas nocturnas que se nota que fueron rodadas de día. También existen un par de momentos que se producen en el exterior y de noche en los que sólo debería haber la luz de la luna en los que el iluminador nos regala la vista con una intensa claridad.

Los actores son bastante limitados aunque tampoco tienen mucho que hacer ya que sus papeles no son muy logrados. Es particularmente mala la actuación del protagonista principal que se dedica a poner caras raras cada dos por tres.

En resumen, interesa verla si quieres dedicarte a buscarle fallos. En otro caso, mejor abstenerse. No es tan mala como “Terror en el Green” (¿habrá alguna tan mala como ésa?) pero aun así da bastante pena. No aburre pero tampoco entretiene.

 

Trailer película

¿Te Gusta Hitchcock? (2005) – Dario Argento

¿Te Gusta Hitchcock? (2005) – Dario Argento

Dario Argento es uno de los mejores directores europeos de los últimos 50 años. A él le debemos un género tan de moda en los años 70 y 80 como fue el giallo. Es cierto que los precedentes del género se le deben a otro gran maestro como fue Mario Bava pero fue Argento el que sacó lo mejor del mismo con joyas como “Rojo Oscuro”, “Terror en la Ópera” o la inconclusa (por poco tiempo) Trilogía de la Madres.

La historia de esta cinta trata de un joven estudiante de ciencias de la comunicación que realiza una tesis sobre el cine expresionista alemán y que es un gran admirador del cine de Hitchcock. Una noche se produce un asesinato en la casa de enfrente de la suya y decide investigarlo.

“¿Te Gusta Hitchcock?” Es un homenaje que Argento realiza al cine del orondo director inglés. Así, podemos observar muchas referencias a sus películas especialmente a “La Ventana Indiscreta”, “Extraños en un Tren” o “Asesinato Perfecto”. Pero también hay referencias a películas de otros directores de suspense como “Vestida para Matar” de Brian de Palma.

Este largometraje (realizado para televisión) tiende más al suspense que al cine típico de Argento. La película se centra principalmente en la investigación que realiza el protagonista con total ausencia de los asesinatos tan creativos de su director (sólo vamos a ver el asesinato que se produce al principio).

El principal problema de esta producción es que el estilo de Argento difiere muchísimo del de Hitchcock. Se nota un gran desconocimiento de los elementos que provocan el suspense. Como consecuencia de esto, escenas que tendrían que producir tensión si las hubiera rodado el director inglés no lo que consiguen y lo único que hacen es ralentizar el desarrollo de la trama. Esto se puede apreciar en la escena en la que el protagonista gravemente accidentado intenta escapar del jefe de Frederica en su motocicleta.

El guión tampoco es que esté muy logrado. Es más bien simple y muy predecible. Además, el saber desde el principio que fue un asesinato y el reducido número de personajes que aparecen, provoca que no te surja en ningún momento la sensación de que el protagonista se esté inventando una trama policial donde no la hay. Para colmo al final te queda una sensación de que la resolución de la historia está metida con calzador y que en verdad no encaja mucho.

Otro detalle que no me quedó muy claro del guión es a qué viene la escena del principio en la que nos cuentan esa aventura vivida por el protagonista en su infancia. No aporta nada relevante a la historia.

Los actores no son especialmente buenos siendo sus interpretaciones en ocasiones bastante justas (especialmente el protagonista). En el caso de las chicas sus papeles son demasiado reducidos en cuanto a líneas de diálogo lo que no quita para que, en un momento u otro, todas nos enseñen sus atributos físicos. También me llama la atención que es mucho más guapa la novia del protagonista (Cristina Brondo) que la que hace el papel de mujer fatal (Elisabetta Rocchetti).

Poco más puedo comentar de esta producción, es entretenida para una tarde tonta pero que no aporta nada al thriller ni, desde luego, a la filmografía de Dario Argento. Me gustaría destacar eso si, la banda sonora que está muy lograda.

Como curiosidad decir que al verla en versión original, me llamó la atención que en Italia también tienen la “bonita” costumbre de cambiar los títulos de las películas y “Extraños en un Tren” la denominan “Delito per Delitto”.

Hostel II (2007) – Eli Roth

Hostel II (2007) – Eli Roth

Es una verdad universal que en cine cuando una película funciona en taquilla, en breve le siguen nuevas partes. En el 2005 Eli Roth, un joven director que un par de años antes había triunfado con una modesta cinta titulada “Cabin Fever”, dirige, con financiación de Quentin Tarantino, “Hostel”.

En esa producción nos encontrábamos con la historia de un par de estudiantes americanos que en su viaje recorriendo Europa, conocen a otro que les recomienda un albergue, en un pequeño pueblo eslovaco, donde dar rienda suelta a sus instintos. Lamentablemente para ellos, se trata en verdad de un lugar donde se obtienen personas que posteriormente serán torturadas por depravados millonarios.

“Hostel II” parte de la misma premisa. En este caso se trata de tres jóvenes estudiantes de arte americanas que son liadas por una modelo para acudir al pueblo en cuestión. Y poco más hay que contar ya que el guión sigue prácticamente el mismo esquema de la primera parte aunque sustituyendo los hombres por mujeres. Lo único a destacar un poco, con respecto a la precedente, es el darnos algunos más datos de los clientes (en concreto de dos de ellos).

Es curioso que el director de la original decidiera dirigir ésta ya que más que una segunda parte estamos ante un remake. Comprendo que se haga esto cuando la original contara con un presupuesto bajo y en la nueva se pudiera mejorar el producto pero en este caso, considero el remake innecesario. Al acabar de verla te sientes entre robado y puteado a partes iguales.

Técnicamente esta lograda. La fotografía cumple aunque con un mayor uso de interiores que en la anterior. Las escenas sangrientas, principal reclamo de esta cinta, están muy bien realizadas (Nicotero y Berger están detrás lo que da un sello de calidad). Y la banda sonora con canciones típicas es muy agradable.

En cuanto a los protagonistas, sin hacerlo mal, tampoco es que brillen por su interpretación. Cumplen sin más. Tampoco es que cuente con algún actor de cierto renombre así que en principio no me esperaba mucho de ellos.

Por último, quiero también comentar un par de escenas que me gustaron especialmente y que demuestran el saber hacer de su director. En una de ellas, el jefe de la organización va uno a uno apuntando con un arma a la cabeza a los niños que ya vimos en la anterior entrega. Llama la atención el comportamiento de estos chavales de la calle asumiendo tranquilamente lo que les venga en suerte. Esto da una idea de lo poco que puede llega a importar la vida en estas zonas con heridas de guerra tan recientes. La otra escena que me gustó mucho, es aquella en la que los dos clientes que conocemos se preparan para la faena. Mientras miran los diferentes aparatos de tortura, y vemos como bromean entre ellos, oímos una canción interpretada por la dulce voz de una mujer que se detiene bruscamente cuando uno de ellos se queda solo con su víctima en la sala donde va a realizar su asesinato.

 

 

En resumen, remake del primer “Hostel” cuyo guión no aporta nada especialmente interesante que justifique su realización. La cinta se ve sin problemas pero no sorprende. Recomendable sólo para aquel que no hubiera visto la anterior parte.

Trailer de la película

 

Día de Graduación (1981) - Herb Freed

Día de Graduación (1981) - Herb Freed

Los años 80 son, sin lugar a dudas, una de las épocas más fructíferas y originales del género   de horror. Durante estos diez años se hicieron una gran cantidad de pequeñas y grandes joyas de terror y ciencia ficción. No obstante, tampoco podemos olvidar que, junto a los grandes clásicos, también surgieron muchas producciones de ínfima calidad, hechas con cuatro duros, actores penosos y guiones absurdos. Con “Día de Graduación” nos encontramos con uno de estos casos.

La cinta nos cuenta la historia de Laura una joven de instituto que forma parte del equipo de atletismo y que, durante una competición sufre un problema cardíaco que provoca su fallecimiento. Unos meses después, el día antes de la graduación de los alumnos de ese instituto, comienzan a producirse una serie de asesinatos de los miembros del equipo.

Lo primero que podemos apreciar al poco de comenzar su visionado, es lo deslavazado de su guión. Continuamente aparecen y desaparecen diferentes personajes sin que nos indiquen apenas qué pintan en la historia. Así, como consecuencia de esa anarquía de la trama, cuesta un tiempo darse cuenta de que lo que trata este incompetente director es el presentar a los posibles culpables y a las potenciales víctimas. En todo este batiburrillo de personajes que aparecen sin ningún orden, hay algunos que no tienen ninguna función definida como el profesor de música o el guarda de seguridad. Tampoco me quedó muy claro que necesidad había de meter en la película el personaje del padre o padrastro.

También hace acto de presencia durante este día, la hermana militar de la fallecida que, en teoría, es la protagonista aunque durante gran parte del metraje no aparece. El hecho de que sea militar es muy relevante al principio, para poner en su sitio al camionero que la lleva al pueblo y a su padre / padrastro, pero no en la pelea final en la que sólo le falta tirar de los pelos y arañar pero a eso ya entraré después.

Podríamos decir que se sigue el esquema de presentar a un personaje y seguidamente el asesino mata a alguien (que no tiene que ser el que nos acaba de presentar).

Los asesinatos son bastante cutres y poco imaginativos. Hay varios realizados con espadas y sables, un par de decapitaciones (que al producirse de noche casi no se ven) y uno en que sustituyen el contenido de una colchoneta por un grupo de clavos (este es el más interesante).

Las interpretaciones son malas hasta decir basta. Los diálogos son totalmente absurdos y algunos incluso surrealistas. A destacar el que se produce entre el policía y el director del instituto que paso a reproducir:

-          Hola, soy el inspector Halliday.

-          ¿Inspector Halliday?, no parece irlandés.

-          Soy libanés.

-          Parece italiano.

-          Y usted parece libanés.

¿Qué es esto? Esta conversación es más propia de los hermanos Marx que de una cinta de terror. Durante la hora y veintisiete minutos que dura el metraje hay más.

No me voy a parar en la dirección de los actores, el montaje y otras cuestiones técnicas porque no vale la pena. Si acaso destacar la musiquilla muy disco cutre de los 80 pero que hace gracia y el baile de graduación con la gente girando alrededor de los músicos con patines que no tiene precio (así eran los 80).

Ante tal cantidad de despropósitos surge la pregunta de si vale la pena perder el tiempo con ella o no. Pues si, ya que con todos los defectos que tiene es muy entretenida. También hay que contar lo que te puedes reír en los diez minutos finales. Imaginaros al asesino en una habitación toda llena de espadas, hachas y demás armas blancas de gran envergadura ¿y qué coge para blandir contra su rival? Un cuchillo de caza PERO DE NO MÁS DE 10 CM DE LARGO. Posteriormente la protagonista escapa y vemos a ambos en una ridícula carrera (con flashback a la escena en la que se ve como murió Laura). La película termina con una pelea cuerpo a cuerpo entre la protagonista y el asesino más propia de un par de ancianas reumáticas que de otra cosa y eso que la chica era una experta soldado del ejército americano. Tampoco hay que despreciar las caras que ponen ambos. Totalmente humorístico.

En resumen, película mala donde las haya pero agradable de ver como la mayoría de esa época. Como curiosidad comentar que hay un pequeño papel para Linnea Quigley, una de las reinas del género, y que aparece Carmen Argenziano , uno de los clásicos secundarios del cine americano.

Cookers Peligrosa Adicción (2001) – Dan Mintz

Cookers Peligrosa Adicción (2001) – Dan Mintz

Bueno, después de más de 10 días de sufrimiento como consecuencia de un gripazo de los de órdago, vuelvo a continuar con mis críticas a las películas del género.

Es curioso que esta película se distribuya ahora en España ya que se trata de una producción del año 2001. Generalmente esto ocurre con el cine asiático de género del que nos llegan producciones con varios años de retraso pero no con el americano. En cualquier caso, bienvenido sea todo producto con algo de calidad.

La historia trata sobre un par de yonkis, Héctor y Dorena, que tras robar un importante alijo de drogas a unos mafiosos se esconden en una casa abandonada en medio del campo. Allí permanecerán hasta que tengan preparado adecuadamente para la venta todo lo sustraído. Mientras realizan el trabajo, les proporciona los suministros Merle, un amigo de la juventud de Héctor. A medida que transcurre el tiempo y como consecuencia del abuso de drogas y la falta de sueño, comenzarán a experimentar una serie de sucesos y visiones extraños ¿o es que la casa oculta algo más?

Cookers es la única película dirigida por Dan Mintz y es una pena por que la verdad es que apuntaba maneras. Hay directores que por mucho que destrocen guiones o no tengan ni pajotera idea de dirigir les siguen lloviendo los encargos. En cambio, otros con más habilidad para el cine son apartados sin contemplación. A veces me pregunto que pasará por la mente de los productores.

A la hora de opinar sobre “Cookers” hay que tener en cuenta que nos encontramos con una producción de muy escaso presupuesto. Así al no contar con tantos medios hay que ser más comprensibles con determinados aspectos que con más posibilidades se considerarían fallos.

El guión es interesante, aunque en determinados momentos se frena demasiado dando lugar a momentos algo pesados debido a que no pasa nada. También está un poco hinchado con el objeto de añadir minutos innecesarios al metraje.

La acción se desarrolla en unas pocas habitaciones de la casa que no difieren mucho unas de otras. Esto nos permite apreciar la sensación de claustrofobia que van sufriendo progresivamente los protagonistas. Esa sensación de encierro se acrecienta además por la obsesión de Héctor de que nadie los vea desde fuera con lo que decide cegar todas las ventanas. Así, en esa casa se vive en una noche perpetua.

Desde el principio nos damos cuenta de que se trata de tres perdedores cuyo futuro aunque incierto no es muy halagüeño. La relación entre ellos va evolucionando a medida que transcurre la película. Al principio vemos una relación de amistad y colaboración entre los tres personajes sentimientos que se transforman en desconfianza y envidia al final.

La interpretación de los tres actores es magistral. Destaca especialmente Brad Hunt que interpreta a Héctor ya que tanto su aspecto físico como por su comportamiento nos hacen creíble desde el principio su papel. Además la transformación que sufre su personaje hacia los demás, conforme avanza la historia, está muy conseguida. Los otros actores, Cyia Batten y Patrick MaGaw también cumplen con sus actuaciones.

Los problemas más grandes que tiene este film se derivan, como ya comenté antes, de la falta de fondos. Así, los decorados son muy simples y los efectos especiales muy limitados y escasos.

En resumen, estamos ante una buena película que con un guión un poco más pulido y un mayor despliegue económico hubiera sido una gran película. Aun así es muy recomendable de ver.

 

Trailer de la película

 

 

Dead and Deader (2006) – Patrick Dinhut

Dead and Deader (2006) – Patrick Dinhut

 

Generalmente lo que suelo hacer antes de ponerme a escribir una crítica en este blog, es ver la película lo primero (lógico) y después dedicar un tiempo a buscar información, tanto en los diferentes libros y manuales como en la red, sobre el director, actores, guionistas...En este caso voy a pasar olímpicamente de ello. Primero porque este engendro no merece que le dedique más de la hora y media de metraje (y gracias). Y segundo porque no creo que, salvo el protagonista principal, encontrara mucha información sobre los artífices del mismo.

El género zombie, siempre se caracterizó por una escasa o nula disponibilidad de medios limitación que se compensaba, en la mayoría de las ocasiones, con grandes dosis de imaginación y descaro. Esto lo podemos apreciar en los zombies italianos de Lucio Fulci (“El Más Allá”, “Zombie 3”), los americanos de Brian Yuzna (“Mortal Zombie”) o incluso los españoles de Jorge Grau (“No Profanar el Sueño de los Muertos”). La cinta que nos ocupa es una de las excepciones. Si “House of The Dead” de Uwe Boll es mala, esta es aún peor (INCREIBLE).

El argumento trata sobre unos soldados del ejército americano que mueren en el transcurso de una misión pero debido a la picadura de unos escorpiones, vuelven a la vida como muertos vivientes. El protagonista (Dean Cain en sus horas más bajas) se despierta antes que los demás (será madrugador) y se quita del cuerpo el bicho antes de que llegue al corazón lo que evita que se convierta en un zombie como sus compañeros¿?. No obstante el haberlo tenido dentro le produce unos efectos secundarios como superfuerza, superoído y la necesidad de comer carne roja cada cierto tiempo. Acompañado del típico negro graciosillo (repelente como siempre lo es este tipo de personajes) y de la chica cachonda (estudiante de cine y que prácticamente solo habla de “Star Wars”) tratará de evitar que la epidemia se extienda al resto del mundo a través del mordisco (¡qué original!) de sus antiguos compañeros.

No sé por donde empezar a criticarla (o si vale la pena hacerlo). El guión junta (por el mismo precio) muertos vivientes de serie Z, humor de parvulario y acción cutre propia de las peores producciones de los ochenta. La trama es auténticamente simple, y sin ningún sentido. Aparecen personajes de relleno que no sabes muy bien qué quieren ni qué hacen (la gorda que cuida de la casa) y que dan que pensar que lo que interesaba era estirar el metraje. Incluso algunos que deberían ser principales (el malo) casi no aparecen hasta el final. Los protagonistas corren de un lado para otro haciendo el imbécil (¿a qué entran en una tienda de disfraces y se ponen ropa de los ochenta?) y diciendo tonterías o banalidades.

Se nota que el presupuesto es ínfimo ya que las localizaciones se repiten una y otra vez e incluso se montan varias veces algunas escenas de los zombies caminando.

No me extiendo más. Mala, malísima película que no vale la pena ni siquiera para reírte de ella. Lo que verdaderamente me extrañó fue ver a Dean Cain famoso en los 90 por la serie de “Lois y Clark” participar en semejante despropósito. Como decía el torero “más cornás da el hambre”. Evitar a toda costa.