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BloodRayne 2: Deliverance (2007) – Uwe Boll

BloodRayne 2: Deliverance (2007) – Uwe Boll

Lo de este hombre es tremendo. Si la mayoría de directores generalmente van mejorando y adquiriendo un estilo propio a medida que realizan sus distintas producciones, este va para atrás como los cangrejos. No es que “BloodRayne” fuera un prodigio de virtud (¡qué coño! era mala) pero esta segunda parte la supera con creces.

El guión (si es que lo hay) nos cuenta como una noche llega al pueblo de Deliverance, Billy el Niño (que es un vampiro muy malo) junto a un grupo de siervos también vampiros. Rápidamente se hacen con el control del lugar secuestrando a los niños de los habitantes (¿por eso le llamarían Billy el Niño?) mientras esperan que llegue la línea ferroviaria para poder difundir su poder por todo el país.  

Aquí ya no vamos a encontrar casi ninguna cara conocida. Quizás el más representativo es Michael Paré, un actor bastante frecuente en las películas de acción de serie B de los 80 y 90. También podemos señalar al actor que interpreta a Billy, Zack Ward, un rostro muy frecuente en series de televisión y que yo recordaba por interpretar a Nicholai Ginovaeff en “Resident Evil: Apocalipsis”.

La historia no tiene ni pies ni cabeza. Se trata de una película de vaqueros típica en la que se metió con calzador el asunto de los vampiros. Podría perfectamente haberse hecho con personas normales ya que en resumen el esquema sería: malo atemoriza pueblo - bueno intenta liberarlo pero le dan pal pelo - bueno recluta unos pistoleros para que lo ayuden – buenos acaban con los malos.

Lo del grupo de los buenos tiene mucha gracia ya que se trata de pistoleros que reclutan por el famoso sistema de:

-          ¿te vienes a matar vampiros?

-          Venga, voy. 

Así se juntan los cuatro justicieros: Rayne, Patt Garrett (el Paré), un clérigo timador y un asesino cochambroso.

Por cierto que los dos últimos serán muy asesinos y todo lo que quieras pero la pelea final a tiros se la pasan los dos juntos para todos lo lados como si estuvieran acojonados y no quisieran separarse. Por lo menos tienen la ventaja de que disparan bien ya que el grupo de los malos no da una ni de chiripa. Parece que utilizan escopetas de feria.

Más cosas a destacar de la pelea final, es que la que tendría que ser la protagonista, Rayne, se la pasa agarrando una puñetera soga para que no sean ahorcados unos niños.

Hay una escena en la que el clérigo y el cochambroso entran en un pajar y se encuentran a un grupo de vampiros malos, que es de cárcel. Ya no es que sean unos 20 vampiros contra 2 pistoleros, ni que los malos estén en una posición ventajosa (encima de ellos y por la espalda) sino que para más delito, los están apuntando CON UNA AMETRALLADORA A UNOS 5 METROS COMO MUCHO. Por supuesto no acabarán con los dos. 

Podría decir muchísimas cosas que no tienen sentido pero no me quiero extender demasiado ya que la cosa no lo merece.

Las interpretaciones son penosas especialmente la que realiza Natassia Malthe que es una actriz pésima y encima mal preparada físicamente. Cuando hay alguna escena de pelea (que son contadas) se mueve con una gran torpeza, dando patadas como haría cualquiera de nosotros con dos copas de más. Las espadas tampoco es que las utilice muy profesionalmente y me recordaba el consejo que me daba mi madre cuando era más joven y me ponía a hacer el tonto con un cuchillo: “deja eso que te vas a lastimar”.

En resumen, pésima película muy por debajo a la calidad a la que nos tiene acostumbrados el Sr. Boll (imaginaos cómo será). Todo se ve muy cutre y limitado, los actores son de tercera, los efectos especiales bastante burdos (los vampiros al morir se ponen azules cuan pitufo) y la historia tonta y con gran cantidad de sinsentidos. Para colmo, y echándole un par, hace una especie de homenaje-plagio a las películas de Leone mediante el famoso método “copy-paste”, con duelos acompañados de musiquilla cutre imitando las grandes bandas sonoras de Morricone.

Como curiosidad señalar que en la escena en la que los 4 magníficos cabalgan rumbo a Deliverance, se ven, junto a las pezuñas de los caballos, marcas de neumáticos. Todo un figura Uwe.

No la veáis, salvo si sois unos auténticos masoquistas. Mañana tengo dentista y si me dan a escoger entre sufrir en el asiento del especialista con sus curetas o en la butaca de mi casa con esta película, pues bienvenido seas doctor.

 

Trailer película  

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