Pirates of Ghost Island (2007) Mitch Toles
Generalmente el público suele escapar como alma que lleva el diablo, de las pequeñas producciones. No hablo de las series B sino de esas producciones realizadas por varios amigos con cuatro duros. El problema de estas películas es que no disponen de un director famoso, ni de actores conocidos ni, desde luego, de grandes efectos especiales con los que impresionar a los espectadores. No obstante, algunas pueden presumir de contar con guiones solventes que permiten que su visionado sea muy disfrutable. No obstante esto sólo ocurre en unos pocos casos y “Pirates of Ghost Island” no es uno de ellos.
Esta cinta nos intenta contar la historia de un grupo de jóvenes que tras haber acabado sus estudios deciden hacer un crucero (que nunca se llega a ver). Extrañamente, y sin que nos lo aclaren adecuadamente en ningún momento, aparecen en la playa de una isla desierta en la que habitan una serie de fantasmas (fundamentalmente de piratas) como consecuencia de una vieja maldición.
Hasta aquí puedo contar de la historia porque el resto es totalmente confuso. Parece ser que una de las protagonistas es la reencarnación de la novia del capitán pirata que quiere acabar con sus vidas, y de vez en cuando pasa de ser Sarah, la chica actual, a Liza, la terrible pirata.
Todo es muy absurdo y sin sentido en la película. Los diálogos son muy abundantes y aburridos aunque no aportan nada a la historia. Explicaron un montón de veces el porqué de que aparezcan los fantasmas de los piratas pero cada vez hablaban de cosas diferentes con lo cual no había manera de aclararse. También aparecen otros fantasmas como el de un conquistador español, un japonés de las 2ª Guerra Mundial o un marinero americano entre otros. Estos personajes son totalmente absurdos, especialmente ridículo es el japonés ya que canta a la legua que se trata de un hombre blanco con una cinta en la cabeza para disimular.
Los actores son malísimos sobreactuando todo el tiempo y sin saber muy bien qué hacer ni dónde ponerse en cada escena. Especialmente horrible es la interpretación de una rubia que se pasa todo el tiempo en bikini y que parece que tiene algún tipo de deficiencia mental (ahora eso si, no está mal de todo).
Los efectos especiales son ínfimos. Unas luces azules indicando cambios de dimensión (o algo así) y pintura roja en grandes cantidades.
Las muertes son sin sentido y poco imaginativas. Al primero en morir le lanza un nativo un dardo con una cerbatana y cuando se gira tiene más de cuatro enganchadas en la cara que acaban con su vida con una abundante ración de sangre. Exagerado totalmente. Otro especialmente gracioso es el que mata el japonés ya que lo ve venir con la catana en la mano con gesto agresivo y el chaval no hace nada, simplemente se queda mirando como se acerca y le pega el tajo. Por cierto, que después de alguna muerte los que quedan hacen chistes sin gracia y totalmente fuera de lugar.
En resumen, bodrio propio de fiesta de fin de curso con mal guión, pésimas actuaciones, muertes tontas y encima salen mujeres que no enseñan nada. Es decir, verla es perder el tiempo. Parece mentira que haya gente que invierta dinero en estas cosas.
2 comentarios
Callus -
darkerr -