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Día de Graduación (1981) - Herb Freed

Día de Graduación (1981) - Herb Freed

Los años 80 son, sin lugar a dudas, una de las épocas más fructíferas y originales del género   de horror. Durante estos diez años se hicieron una gran cantidad de pequeñas y grandes joyas de terror y ciencia ficción. No obstante, tampoco podemos olvidar que, junto a los grandes clásicos, también surgieron muchas producciones de ínfima calidad, hechas con cuatro duros, actores penosos y guiones absurdos. Con “Día de Graduación” nos encontramos con uno de estos casos.

La cinta nos cuenta la historia de Laura una joven de instituto que forma parte del equipo de atletismo y que, durante una competición sufre un problema cardíaco que provoca su fallecimiento. Unos meses después, el día antes de la graduación de los alumnos de ese instituto, comienzan a producirse una serie de asesinatos de los miembros del equipo.

Lo primero que podemos apreciar al poco de comenzar su visionado, es lo deslavazado de su guión. Continuamente aparecen y desaparecen diferentes personajes sin que nos indiquen apenas qué pintan en la historia. Así, como consecuencia de esa anarquía de la trama, cuesta un tiempo darse cuenta de que lo que trata este incompetente director es el presentar a los posibles culpables y a las potenciales víctimas. En todo este batiburrillo de personajes que aparecen sin ningún orden, hay algunos que no tienen ninguna función definida como el profesor de música o el guarda de seguridad. Tampoco me quedó muy claro que necesidad había de meter en la película el personaje del padre o padrastro.

También hace acto de presencia durante este día, la hermana militar de la fallecida que, en teoría, es la protagonista aunque durante gran parte del metraje no aparece. El hecho de que sea militar es muy relevante al principio, para poner en su sitio al camionero que la lleva al pueblo y a su padre / padrastro, pero no en la pelea final en la que sólo le falta tirar de los pelos y arañar pero a eso ya entraré después.

Podríamos decir que se sigue el esquema de presentar a un personaje y seguidamente el asesino mata a alguien (que no tiene que ser el que nos acaba de presentar).

Los asesinatos son bastante cutres y poco imaginativos. Hay varios realizados con espadas y sables, un par de decapitaciones (que al producirse de noche casi no se ven) y uno en que sustituyen el contenido de una colchoneta por un grupo de clavos (este es el más interesante).

Las interpretaciones son malas hasta decir basta. Los diálogos son totalmente absurdos y algunos incluso surrealistas. A destacar el que se produce entre el policía y el director del instituto que paso a reproducir:

-          Hola, soy el inspector Halliday.

-          ¿Inspector Halliday?, no parece irlandés.

-          Soy libanés.

-          Parece italiano.

-          Y usted parece libanés.

¿Qué es esto? Esta conversación es más propia de los hermanos Marx que de una cinta de terror. Durante la hora y veintisiete minutos que dura el metraje hay más.

No me voy a parar en la dirección de los actores, el montaje y otras cuestiones técnicas porque no vale la pena. Si acaso destacar la musiquilla muy disco cutre de los 80 pero que hace gracia y el baile de graduación con la gente girando alrededor de los músicos con patines que no tiene precio (así eran los 80).

Ante tal cantidad de despropósitos surge la pregunta de si vale la pena perder el tiempo con ella o no. Pues si, ya que con todos los defectos que tiene es muy entretenida. También hay que contar lo que te puedes reír en los diez minutos finales. Imaginaros al asesino en una habitación toda llena de espadas, hachas y demás armas blancas de gran envergadura ¿y qué coge para blandir contra su rival? Un cuchillo de caza PERO DE NO MÁS DE 10 CM DE LARGO. Posteriormente la protagonista escapa y vemos a ambos en una ridícula carrera (con flashback a la escena en la que se ve como murió Laura). La película termina con una pelea cuerpo a cuerpo entre la protagonista y el asesino más propia de un par de ancianas reumáticas que de otra cosa y eso que la chica era una experta soldado del ejército americano. Tampoco hay que despreciar las caras que ponen ambos. Totalmente humorístico.

En resumen, película mala donde las haya pero agradable de ver como la mayoría de esa época. Como curiosidad comentar que hay un pequeño papel para Linnea Quigley, una de las reinas del género, y que aparece Carmen Argenziano , uno de los clásicos secundarios del cine americano.

6 comentarios

Callus -

Pues a mi hay una escena en la q se arranca los ojos q me daba repelús. Estoy esperando poderla volver a ver ahora con los años q tengo.

Peter Fondon -

"La campana del infierno", claro. Española de los 70. Pero la vi hace tantos años (fue en TVE, creo que en la 2) que prácticamente no me acuerdo de nada.

Callus -

Es q hay otras películas q son tan malas o más y encima son aburridas (Terror en el Green por poner un ejemplo) pero no sé si es pq estamos ante una ochentada de mis tiempos mozos q me gustó (como rareza, no como película). Gracias Peter Fondon, desde luego también te enlazo y mañana (dadas las horas q son en estos momentos de mi lectura) me leo tus Diez Películas de Mal Rollo q tengo curiosidad. Yo, sin saber si es una de las tuyas, incluyo LA MÍA "La Campana del Infierno". La vi en mi niñez y todavía se me ponen los pelos de pensar en una escena de ella.

Peter Fondon -

Ja ja, cómo me he reído con el diálogo que has puesto como ejemplo (que sí, que sí, que parece totalmente de los hermanos Marx). Si toda la película es así la diversión está garantizada, porque hay pelis que de lo malas que son hasta resultan divertidas. Enhorabuena por tu blog, lo he descubierto visitando a pedrojosetena y es 100% afín a mis gustos, ya te he añadido como enlace.

Callus -

Y q lo digas. Pero toda la película está llena de este tipo de detalles. Lo del profesor de música con peluquín que se tira a las alumnas para poderlas aprobar es surrealista. Visionado obligado.

laadorablecosita -

- Hola, soy el inspector Halliday.

- ¿Inspector Halliday?, no parece irlandés.

- Soy libanés.

- Parece italiano.

- Y usted parece libanés.

Magistral, digno de un Bendis inspirado puesto de porros hasta arriba.